Comarca del Matarranya
La comarca del Matarranya/Matarraña está ubicada en la provincia de Teruel, cuenta con una superficie aproximada de 933 km2 y una población que roza los 9.000 habitantes. Un pequeño territorio formado por dieciocho poblaciones cuyo eje principal es el río Matarraña y sus afluentes.
Comarca del Matarranya
Una comarca con una gran riqueza natural y patrimonial que le ha permitido en los últimos años desarrollar el turismo rural como recurso complementario a las principales actividades económicas, la agricultura y la ganadería.
Aragón es una comunidad autónoma que se caracteriza por importantes desequilibrios territoriales y socioeconómicos, lo que ha provocado movimientos migratorios hacia los grandes núcleos urbanos causando el despoblamiento y el envejecimiento de la población en el medio rural.
Una problemática a la que tienen que hacer frente las administraciones públicas y que el Gobierno de Aragón trata de paliar impulsando el proceso de comarcalización de toda la comunidad. Un nuevo nivel de administración pública en el que se estructura el territorio y del que es fruto la creación de la Comarca del Matarranya.
A través de las Comarcas se hace posible la descentralización de servicios y competencias acercando al ciudadano la actividad pública. Estas entidades juegan un papel importante en Aragón a la hora de mancomunar recursos y servicios básicos a los que se tiene derecho indistintamente del lugar en el que se viva.
Entre las competencias que transfiere el Gobierno de Aragón a las Comarcas están las relacionadas en materia de cultura y patrimonio cultural. Fomentar, promocionar, cooperar y coordinar son los pilares básicos de los servicios delegados en cultura.
Fórnoles está ubicado en la zona occidental de la Comarca del Matarraña, a una altitud de 706 metros, lo cual le ofrece unas vistas privilegiadas, con un entorno natural a su alrededor de gran valor, con una vegetación forestal en la que predomina el pinar, y como cultivos el olivo, el almendro y la viña.
Actualmente tiene una población aproximada de 80 habitantes. Se habla catalán occidental, que es la variante propia de esta zona de Aragón, popularmente llamado “chapurriau”. Es el pueblo natal de Andrés Piquer, catedrático de medicina que fue médico Real de Fernando VI en el año 1752, y de Braulio Foz, escritor de “La vida de Pedro Saputo” obra importante en la historia de la novela española del siglo XIX.
Es un pueblo acogedor, que nos recibe con “La Balsa” una importante obra hidráulica. En el interior del casco histórico destaca el Portal de la Muralla, la Plaza Mayor con el Ayuntamiento, la casa Natal de Braulio Foz, la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor, los restos del castillo y el Montesantos.Cerca del municipio se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Montserrate, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2004.
Está situado en la zona más oriental de la comarca del Matarranya de la provincia de Teruel, junto al río Algars, que marca el límite con Cataluña. Situado a una altitud de 381 metros sobre el nivel del mar. Actualmente tiene una población de cerca de 200 habitantes, con un tejido asociativo muy vivo y una economía basada principalmente en el cultivo del olivo, almendro y vid.
Desde antes de la época íbera ya hubo población estable. Después vino la dominación romana, la invasión bárbara y la estancia árabe de más de 400 años, que dejaron notables huellas. Es reconquistado en el siglo XII. La iglesia parroquial, gótica, del siglo XIV está dedicada a la Virgen de la Asunción. Enfrente quedan antiguos restos del convento de San Francisco. pues El pueblo estuvo amurallado hasta inicios del siglo XX, y a la entrada del casco urbano se mantiene un portal. En la Plaza Mayor está el Ayuntamiento, un edificio de sólida factura del siglo XV, rodeado de casas solariegas. A 6 km está la ermita de Sant Pol, patrón del pueblo. Ubicada en la cima de una colina desde la que se divisan unas vistas espléndidas.
Valjunquera es un pueblo agrícola cuyos principales cultivos son los olivos, cereales y almendros. Está a una altitud de 552 metros sobre el nivel del mar, en la cuenca del río Matarraña. El topónimo de la localidad deriva del latín “valle de juncos”. Actualmente tiene una población de 350 habitantes.
Es rico en restos arqueológicos, existiendo datos de al menos tres yacimientos ibéricos: el Mirablanc, el Castellar y el Lliri. La población, antiguamente amurallada, fue fundada por los árabes. Tras la conquista cristiana pasó a estar bajo la autoridad de la Orden Calatrava. Su casco urbano tiene una interesante muestra de casonas solariegas de piedra.
Algunos monumentos históricos de interés son La ermita de la Piedad, barroca, construida en el siglo XVIII. La Iglesia parroquial de San Miguel, del siglo XVIII en que destaca su portada barroca y la figura del Arcángel. El antiguo Ayuntamiento -actualmente la Casa Cultural- es un edificio renacentista del siglo XVI construido en piedra sillar, que conserva la lonja en su planta inferior, con dos grandes arcos.
Con unos 600 habitantes es un pueblo culturalmente muy activo con un nivel muy importante de asociacionismo: cuenta con numerosas entidades musicales, teatrales, de arqueología… Forma parte de la ruta de los Iberos del Bajo Aragón y aloja un Centro de Interpretación dedicado a la lengua y el alfabeto ibero.
Está situado entre los ríos Algars y Matarraña y limita al sur con los Puertos de Beceite; rodeado de un paisaje de pinares, almendros, olivos, viña y cereal. Cretas tiene una localización equidistante de Alcañiz, Tortosa y Morella.
Con un centro histórico monumental se pueden destacar numerosos edificios, calles y portales que vale la pena recorrer, tales como la iglesia gótica de la Asunción y San Juan Bautista (1566) con una portada plateresca única en Aragón; la calle de la Orden Calatrava, la plaza de España, en el centro de la cual se levanta la Picota (1584). Recomendamos también visitar el antiguo calabozo medieval, el museo del Taller de Arqueología y las capillas de San Roque (s.XVII) y de San Antonio (s.XVIII), puertas de las antiguas murallas.
Situada en la zona norte de la comarca del Matarranya, entre los ríos Pena y Tastavins, que la dota de un entorno paisajístico rico y diverso. Algunos elementos culturales que vale la pena visitar son el conjunto patrimonial de la plaza de España, la iglesia de El Salvador y su órgano barroco, el Ayuntamiento (Imagen de San Miquel), el cementerio medieval, la Coveta de l’aigua, el lavadero y La torreta (antiguo torreón defensivo y prisión), entre otros.
Tiene una población entorno a los 285 habitantes y dispone de un magnífico archivo histórico que alberga documentación desde el S. XIII hasta la actualidad. Es el fondo municipal más completo y de mayor volumen de la Comarca. Se habla la variante del catalán propia de esta zona de Aragón, que convive con el castellano, que es la lengua oficial.
El conjunto histórico de Peñarroya de Tastavins tiene un gran atractivo: calles “empinadas”, casas con balcones de madera y pronunciados aleros, también de madera. Llama la atención la altura considerable de los edificios, alcanzando en ocasiones las cinco plantas, sus fachadas encaladas y los variados elementos volados. En sus numerosos y bellos balcones se utiliza prioritariamente la madera, con los característicos balaustres torneados, aunque no desechan oros materiales como el hierro forjado y la piedra.
Cabe mencionar la casa palaciega Palomo, así como el ayuntamiento y su cárcel. También encontramos la capilla portal de la Virgen del Carmen y la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, que fue construida a mediados del siglo XVIII. Es de interés el Centro Etnológico «Lo Masmut», una exposición permanente de la vida y oficios tradicionales; y el Centro Paleontológico ‘Inhospitak’, de Territorio Dinópolis.
Bajo el marco natural de las sierras Molinera y Moleta, el pueblo de Monroyo hunde sus raíces en la Alta Edad Media. Su casco antiguo crece en la falda del monte La Mola, en cuya cima se erguía un castillo amurallado que -según cuenta la tradición- cobijó las fatigas guerreras del Cid y a los reyes Sancho Ramírez y Jaime I.
Es una pequeña población de 140 habitantes, a 627 metros de altitud, en un valle rodeado de bosque mediterráneo y campos de olivos, almendros, viña y pequeñas huertas en los dos barrancos que lo bordean vierten su caudal en el cercano río Tastavins, afluente del Matarraña.
Además, gran parte de su núcleo fue declarado conjunto histórico-artístico en 1983. Es una bella muestra de arquitectura medieval con fachadas de sillería y mampostería, puertas en arcos de medio punto y aleros de madera. Muchas casas aún tienen sus fachadas de color añil de antaño.